De personas dotadas de una sensibilidad especial, todos hemos oído hablar.
Alguien de nuestro barrio o nuestro pueblo seguro posee, o dice poseer, de condiciones especiales, de visiones premonitorias, poderes curativos o percepciones que le permiten detectar males de ojo, problemas de salud o, incluso, ver el futuro.
¿Todas estas personas son un fraude? ¿Qué porcentaje merece nuestra duda? ¿hasta que punto desechamos estas creencias por miedo o desconocimiento?
No me atrevería yo a asegurar que todos somos iguales. Que no hay personas capaces de ver cosas que yo no veo.
No tengo que decir a todos que siento una especial fascinación por los gatos. Animales dotados de una sensibilidad especial. Dicen que conservan dos patas en el otro mundo, mientras se pasean por el nuestro.
Esa es la razón, dicen, de que a veces parecen ver cosas invisibles.
No es que yo quiera apoyar estas teorías, pero mis dos gatas, una mas que la otra, se quedan colgadas mirando hacia arriba en un rincón del salón de mi casa. Como si alguien les estuviera dando instrucciones precisas.
Les llamas y solo mueven la oreja hacia tu dirección, como diciendo: "un momento ¿no ves que estoy ocupada?"
Demostrado está, incluso en laboratorios serios, la existencia de personas capaces de mantener una "comunicación" no verbal con otros. Es decir, la telepatía.
Para estas prueba se han utilizado desde hace décadas, las conocidas como cartas Zener. Cinco dibujos: un círculo, un cuadrado, ondas, una estrella y la cruz.
Dos personas en distintas habitaciones averiguan la posición de estas cinco cartas. Los aciertos en algunos individuos son tan altos que rallan en lo imposible. Haciéndonos dudar de posibles casualidades.
Douglas Hume ha sido, sin duda, el mas famoso dotado parapsíquico de todos los tiempos. Todos los poderes ocultos de la mente se manifestaban en él con una evidencia indiscutible.
Quien no ha oído contar las historias de aquellas mujeres, de principios del siglo XX que eran requeridas en los partos díficiles de los animales de granja o cuando aparecía un perro rabioso.
Ellas acudían a cualquier hora del día o la noche y, ante el asombro de todos, con su sola presencia, la vaca calmaba sus dolores y el parto se desarrollaba con normalidad. Y aquel perro peligroso caía sumiso a sus pies.
Con su imposición de manos curaban males considerados "diabólicos".
Hoy también existen ese tipo de individuos, pero la mayoría de ellos convierten en fraude la necesidad de personas con graves problemas de salud o afectivos, convirtiéndose en carroñeros a la busca de incautos a quien arruinar literalmente.
Creo que no me equivoco si aseguro que todos nosotros nos hemos cruzado de lejos o de cerca con personajes, cuanto menos, curiosos, especiales.
Alguien que se te acerca en la calle, un desconocido que te cuenta asuntos íntimos. O seres que hacen que un escalofrío recorra tu espalda con una sola mirada. O, por el contrario, quien con solo rozar tu piel levemente, te sacude un latigazo de paz o tranquilidad.
La inexplicable sensación de conocer a esa persona, o que al saludar con un apretón de manos, sabes que no le confiarías ni tu abrigo, o por el contrario pondrías tus secretos a su disposición sin problemas.
Ese amigo que te dice: "no me fío de él" o con un simple vistazo, te trasmite afabilidad, confianza...
Todos hemos vivido cosas así. Lo que queremos es comprobar hasta qué punto son historias con una posible explicación o realmente cuando decidiste no coger aquel vuelo... era porque iba a estrellarse.
¿Fraude? Veremos.
Un saludo desde la oscuridad.
Alguien de nuestro barrio o nuestro pueblo seguro posee, o dice poseer, de condiciones especiales, de visiones premonitorias, poderes curativos o percepciones que le permiten detectar males de ojo, problemas de salud o, incluso, ver el futuro.
¿Todas estas personas son un fraude? ¿Qué porcentaje merece nuestra duda? ¿hasta que punto desechamos estas creencias por miedo o desconocimiento?
No me atrevería yo a asegurar que todos somos iguales. Que no hay personas capaces de ver cosas que yo no veo.
No tengo que decir a todos que siento una especial fascinación por los gatos. Animales dotados de una sensibilidad especial. Dicen que conservan dos patas en el otro mundo, mientras se pasean por el nuestro.
Esa es la razón, dicen, de que a veces parecen ver cosas invisibles.
No es que yo quiera apoyar estas teorías, pero mis dos gatas, una mas que la otra, se quedan colgadas mirando hacia arriba en un rincón del salón de mi casa. Como si alguien les estuviera dando instrucciones precisas.
Les llamas y solo mueven la oreja hacia tu dirección, como diciendo: "un momento ¿no ves que estoy ocupada?"
Demostrado está, incluso en laboratorios serios, la existencia de personas capaces de mantener una "comunicación" no verbal con otros. Es decir, la telepatía.
Para estas prueba se han utilizado desde hace décadas, las conocidas como cartas Zener. Cinco dibujos: un círculo, un cuadrado, ondas, una estrella y la cruz.
Dos personas en distintas habitaciones averiguan la posición de estas cinco cartas. Los aciertos en algunos individuos son tan altos que rallan en lo imposible. Haciéndonos dudar de posibles casualidades.
Douglas Hume ha sido, sin duda, el mas famoso dotado parapsíquico de todos los tiempos. Todos los poderes ocultos de la mente se manifestaban en él con una evidencia indiscutible.
Quien no ha oído contar las historias de aquellas mujeres, de principios del siglo XX que eran requeridas en los partos díficiles de los animales de granja o cuando aparecía un perro rabioso.
Ellas acudían a cualquier hora del día o la noche y, ante el asombro de todos, con su sola presencia, la vaca calmaba sus dolores y el parto se desarrollaba con normalidad. Y aquel perro peligroso caía sumiso a sus pies.
Con su imposición de manos curaban males considerados "diabólicos".
Hoy también existen ese tipo de individuos, pero la mayoría de ellos convierten en fraude la necesidad de personas con graves problemas de salud o afectivos, convirtiéndose en carroñeros a la busca de incautos a quien arruinar literalmente.
Creo que no me equivoco si aseguro que todos nosotros nos hemos cruzado de lejos o de cerca con personajes, cuanto menos, curiosos, especiales.
Alguien que se te acerca en la calle, un desconocido que te cuenta asuntos íntimos. O seres que hacen que un escalofrío recorra tu espalda con una sola mirada. O, por el contrario, quien con solo rozar tu piel levemente, te sacude un latigazo de paz o tranquilidad.
La inexplicable sensación de conocer a esa persona, o que al saludar con un apretón de manos, sabes que no le confiarías ni tu abrigo, o por el contrario pondrías tus secretos a su disposición sin problemas.
Ese amigo que te dice: "no me fío de él" o con un simple vistazo, te trasmite afabilidad, confianza...
Todos hemos vivido cosas así. Lo que queremos es comprobar hasta qué punto son historias con una posible explicación o realmente cuando decidiste no coger aquel vuelo... era porque iba a estrellarse.
¿Fraude? Veremos.
Un saludo desde la oscuridad.