Tener la facultad de poder ver detrás de los ojos de las personas tiene sus ventajas... y sus inconvenientes.
A veces el diablo que algunas personas llevan dentro está dormido durante años. A veces siempre. Cuando de repente (por alguna circunstancia casual) un día pones en un callejón sin salida a una persona, a la que crees conocer a la perfección y se despierta el "bicho". Os aseguro que no hay sensación más desasosegante en el mundo. Miras esa cara que conoces y los ojos no son sus ojos de siempre. Alguien te mira desde lo más profundo de ese ser y comprendes que ha salido por tí. Que te amenaza, te avisa "no vuelvas a acorralarme o iré a por tí". En un simple parpadeo vuelve el de siempre, pero tu sabes ahora cómo es. Se desnudó solo para tí, solo para que tu lo sepas y estés avisado.
No se si alguien más ha sentido algo así.
Luego hay personas que el mal está constantemente tras sus ojos. Son esos ojos (no importa el color) como un pozo profundo. Tan oscuro y tan profundo que si tirases una piedra no escucharías nunca su golpe contra lo que quiera que haya al final. Esos seres perversos que todos nos hemos encontrado alguna vez en la vida.
Y luego, esos ojos limpios, casi como el cristal, transparentes. Puedes casi ver a su través.
Mira estos ojos. Tan iguales, tan distintos... ¿A que te inspiran cosas totalmente distintas unas de otras?
Es curioso que todos (los medios de comunicación y la policía en especial) sabemos que tapando los ojos con una banda negra, esa persona es irreconocible. Realmente los ojos son todo en la cara de una persona. Por eso, sin darnos cuenta buscamos la mirada, para que nos informe del ser que, desde dentro nos escucha. Y no falla, siempre se ve algo detrás.
El problema es saber cuando saldrá el "bicho". Si saldrá, tal vez, en alguien cercano o, en el peor de los casos, notarás el calor cuando se acerque, sigilosamente, por detrás de tus pupilas.
Un saludo desde la oscuridad.A veces el diablo que algunas personas llevan dentro está dormido durante años. A veces siempre. Cuando de repente (por alguna circunstancia casual) un día pones en un callejón sin salida a una persona, a la que crees conocer a la perfección y se despierta el "bicho". Os aseguro que no hay sensación más desasosegante en el mundo. Miras esa cara que conoces y los ojos no son sus ojos de siempre. Alguien te mira desde lo más profundo de ese ser y comprendes que ha salido por tí. Que te amenaza, te avisa "no vuelvas a acorralarme o iré a por tí". En un simple parpadeo vuelve el de siempre, pero tu sabes ahora cómo es. Se desnudó solo para tí, solo para que tu lo sepas y estés avisado.
No se si alguien más ha sentido algo así.
Luego hay personas que el mal está constantemente tras sus ojos. Son esos ojos (no importa el color) como un pozo profundo. Tan oscuro y tan profundo que si tirases una piedra no escucharías nunca su golpe contra lo que quiera que haya al final. Esos seres perversos que todos nos hemos encontrado alguna vez en la vida.
Y luego, esos ojos limpios, casi como el cristal, transparentes. Puedes casi ver a su través.
Mira estos ojos. Tan iguales, tan distintos... ¿A que te inspiran cosas totalmente distintas unas de otras?
Es curioso que todos (los medios de comunicación y la policía en especial) sabemos que tapando los ojos con una banda negra, esa persona es irreconocible. Realmente los ojos son todo en la cara de una persona. Por eso, sin darnos cuenta buscamos la mirada, para que nos informe del ser que, desde dentro nos escucha. Y no falla, siempre se ve algo detrás.
El problema es saber cuando saldrá el "bicho". Si saldrá, tal vez, en alguien cercano o, en el peor de los casos, notarás el calor cuando se acerque, sigilosamente, por detrás de tus pupilas.